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marzo
"Constanza llegando de su clase de esgrima"
"El esgrima fue una de las primeras cosas que me permitió sentirme cómoda con mi cuerpo. Lo que puede verse un poco contradictorio, porque en realidad todo el equipamiento no es nada cómodo y las posturas que hay que hacer tampoco, pero creo que aprender a moverme en esa incomodidad, que ya sentía de por sí en mi vida cotidiana, me ayudó"
"Detrás de ese ridículo y engorroso traje no tengo que ser nada en específico. Luego, termina el entrenamiento, estoy toda sudada, asquerosa, pero muy relajada, se mantiene ese regocijo de no tener que ser nada para nadie y me vuelvo a encontrar con mi propio cuerpo que se merece un buen descanso por un trabajo bien hecho"
protagonista
Constanza, 29 años, artista
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